La problemática al momento de la recolección de datos en la realización
de los Trabajos de investigación se centra en la construcción de los
instrumentos a emplear con esta finalidad, de manera que permitan recabar
información válida y confiable. Porque el valor de un estudio depende de
que esta información refleje lo más fidedignamente el evento investigado,
dándole una base real para obtener un producto investigativo de calidad. Por
lo anterior, el presente ensayo pretende orientar a los noveles investigadores
en el procedimiento para elaborar instrumentos adecuados que proporcionen
un basamento relevante para el logro de los objetivos planteados en la
investigación abordada y sustenten los hallazgos que se realicen.
Siempre que se quiere recopilar información a fin de ayudarnos a tomar
decisiones, nos enfrentamos al problema de qué tipo de instrumento usar
o si realmente hay un cuestionario que nos ayude a tomar la decisión. En
este sentido, un instrumento según Alvarado, Canales y Pineda (1994)
“…es el mecanismo que utiliza el investigador para recolectar y registrar
la información” (pp.125). Con este propósito, es imperativo saber si el
instrumento a diseñar nos ayudará a contar con información útil y fidedigna
sobre el problema de estudio, en cuyo caso ¿cuál será el mejor que podamos
usar?, ¿cómo hacer la selección tanto del instrumento como de los reactivos
que la formen?. Existen muchas consideraciones específicas a tomar en cuenta en la evaluación de un cuestionario; las cuales las englobaremos bajo
tres encabezados principales: validez, confiabilidad y utilidad práctica.
Ebel (1977, citado por Fuentes, 1989) establece que validez “…designa
la coherencia con que un conjunto de puntajes de una prueba miden aquello
que deben medir” (p. 103). La validez se refiere al grado en que una prueba
proporciona información que es apropiada a la decisión que se toma. La
confiabilidad tiene que ver con la exactitud y precisión del procedimiento
de medición. Los coeficientes de confiabilidad proporcionan una indicación
de la extensión, en que una medida es consistente y reproducible. La
utilidad práctica está relacionada con factores, tales como: economía,
conveniencia e interpretación para determinar si una prueba es práctica
para usarla ampliamente.
Validez
La validez responde a la pregunta ¿con qué fidelidad corresponde
el universo o población al atributo que se va a medir?. La validez de un
instrumento consiste en que mida lo que tiene que medir (autenticidad),
algunos procedimientos a emplear son: Know groups (preguntar a grupos
conocidos), Predictive validity (comprobar comportamiento) y Cross-checkquestions
(contrastar datos previos). Al estimar la validez es necesario saber
a ciencia cierta qué rasgos o características se desean estudiar. A este rasgo
o característica se le denomina variable criterio. Al respecto, Ruiz Bolívar
(2002) afirma que “…nos interesa saber qué tan bien corresponden las
posiciones de los individuos en la distribución de los puntajes obtenidos con
respecto a sus posiciones en el continuo que representa la variable criterio”
(p. 74). Existen tres tipos de validez:
o Validez de Contenido: se refiere al grado en que un instrumento
refleja un dominio específico del contenido de lo que se quiere
medir, se trata de determinar hasta dónde los ítemes o reactivos de
un instrumento son representativos del universo de contenido de la
característica o rasgo que se quiere medir, responde a la pregunta
cuán representativo es el comportamiento elegido como muestra
del universo que intenta representar. Por ejemplo, un cuestionario
sobre la actitud de los alumnos ante la investigación no tendrá
validez de contenido si explora la opinión de los alumnos sobre las características de los docentes dentro de la cátedra de estadística.
También se le denomina validez racional o lógica.
El análisis del instrumento se hace en gran parte en términos de su
contenido. Sin embargo, no se debe pensar en el contenido de manera
estrecha, porque puede ser que estemos interesados en un proceso tanto
como en el contenido simplemente. El problema de apreciar la validez de
contenido está vinculado íntimamente con la planificación del cuestionario y
después con la construcción de los ítemes ajustados a esos planes y a los
contenidos del marco teórico de la investigación. Un instrumento de medición
debe tener representados a todos los ítemes del dominio de contenido de
las variables a medir.
Los investigadores deben elaborar una serie de ítemes, acordes con las
variables empleadas y sus respectivas dimensiones. Luego de la selección
de los ítemes más adecuados para el proyecto, se elabora el instrumento,
para ser validado por un grupo impar de expertos, normalmente de tres
o cinco, que certifiquen, efectivamente, que las preguntas, reactivos o
afirmaciones seleccionadas son claras y tienen coherencia con el trabajo
desarrollado.
Hay que considerar que, la validez de contenido no puede expresarse
cuantitativamente es más bien una cuestión de juicio, se estima de manera
subjetiva o intersubjetiva empleando, usualmente, el denominado Juicio de
Expertos. Se recurre a ella para conocer la probabilidad de error probable en
la configuración del instrumento. Mediante el juicio de expertos se pretende
tener estimaciones razonablemente buenas, las «mejores conjeturas». Sin
embargo, estas estimaciones pueden y deben ser confirmadas o modificadas
a lo largo del tiempo, según se vaya recopilando información durante el
funcionamiento del sistema. Los juicios de expertos se pueden obtener por
métodos grupales o por métodos de experto único. Se pueden seguir, entre
otros, el método de Agregados Individuales, el método Delphi, la técnica de
Grupo Nominal y el método de Consenso Grupal.
Método de Agregados Individuales: Se pide individualmente a cada
experto que dé una estimación directa de los ítems del instrumento.
Éste es un método económico porque, al igual que el método Delphi,
no exige que se reúna a los expertos en un lugar determinado.
Puede parecer un método limitado porque los expertos no pueden intercambiar sus opiniones, puntos de vista y experiencia, ya que
se les requiere individualmente; no obstante, esta limitación puede
ser precisamente lo que se esté buscando para evitar los sesgos
de los datos ocasionados por conflictos interpersonales, presiones
entre los expertos, etc. Se procede de la siguiente manera:
- Se seleccionan al menos tres expertos o jueces, para juzgar de manera independiente la relevancia y congruencia de los reactivos con el contenido teórico, la claridad en la redacción y el sesgo o tendenciosidad en la formulación de los ítemes, es decir, si sugieren o no una respuesta.
- Cada experto debe recibir la información escrita suficiente sobre: el propósito de la prueba (objetivos), conceptualización del universo de contenido, tabla de especificaciones o de operacionalización de las variables del estudio.
- Se recogen y analizan los instrumentos de validación y se decide: 1) Los ítemes que tienen 100% de coincidencia favorable entre los jueces (congruentes, claros en su redacción y no tendenciosos) quedan incluidos en el instrumento. 2) Los ítemes que tengan 100% de coincidencia desfavorable entre los jueces quedan excluidos del instrumento. 3) Los ítemes que tengan una coincidencia parcial entre los jueces deben ser revisados, reformulados o sustituidos, si es necesario, y nuevamente validados.
Muy buena información sobre la validez de los IRD.
ResponderEliminarEs importante colocar la fuente donde extraes toda la información. Por favor acostumbren hacerlo.
Recomiendo también consultar el texto de Hernández Sampieri, que se los envié por google drive, revisen los ejemplos y complementen este tema.
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